HAITI - La fe inquebrantable de Haití: “El deseo de resistir, de seguir viviendo incluso en las situaciones más difíciles”

Pourcine-Pic Makaya (Agencia Fides) – “He pasado tres días visitando la capilla de San Bernardo con motivo de la fiesta patronal. Ha sido un viaje arduo y agotador que, si por un lado muestra lo difícil que es avanzar en un país en estas condiciones, por otro lado, vuelve a poner de manifiesto la fuerza y el coraje de la gente que se desplaza cargando con pesadas mochilas por un territorio extremadamente inaccesible y sin vías de comunicación. Cuatro horas desde Pourcine-Pic Makaya hasta Nan Myiel, primero remontando el lecho del río y luego un sendero que lleva a la localidad”.

Así lo ha narra a la Agencia Fides el padre Massimo Miraglio, misionero camiliano y párroco de la aldea de Pourcine-Pic Makaya.

“La capilla, donde celebramos la mañana del sábado 30 de agosto, es muy modesta, pero la fe está llena de esperanza y la acogida fue muy cálida. La comunidad ha hecho muchos esfuerzos”, continúa el misionero, “para celebrar a su santo patrón en un espacio muy precario, pero lleno de calidez y devoción. Al final de la celebración, hubo un partido de fútbol. En medio del campo, dos enormes rocas que parecen haber caído del cielo. Dos tótems que no se pueden mover, a pesar del gran peligro que representan para los jugadores”.
“Partí el domingo 31 de agosto por la tarde, acompañado también por una delegación de fieles. A pesar de haber cambiado de ruta, las dificultades no disminuyeron. Subimos una montaña escarpada con un sendero y enormes rocas colocadas allí por el terremoto de 2021. Con gran esfuerzo llegué a la cima, a un tercio del camino. Entre la vegetación baja, solo había una vivienda, una familia: madre, padre, abuelos, un joven gravemente herido en un pie y tres niños, uno de ellos con graves problemas mentales. El encuentro con esta familia me alivió de todas las fatigas del viaje. Vi con mis propios ojos algo que nunca olvidaré: el deseo de resistir, de seguir viviendo incluso en las situaciones más difíciles”, concluye el padre Massimo. “La madre acababa de regresar de la misa que había celebrado, con un cubo de agua que había traído en la cabeza desde el fondo del valle, y me dio las gracias. ¡Qué alegría celebrar delante de esta gente tan valiente!” concluye el padre.