Significa promover el encuentro de cada persona con Jesucristo favoreciendo su desarrollo integral, para que cada uno pueda convertirse en protagonista de su propia historia y vivir como verdadero discípulo misionero de Jesucristo.
Las Misioneras, como «alma y fermento», a través de nuestro testimonio de vida y diferentes iniciativas alimentamos la dimensión misionera, manteniendo viva la autenticidad de la fe en las personas y en las estructuras eclesiales y sociales.
Creemos en la oración, fuerza de transformación del mundo y medio de intercesión para convertirnos en puentes entre Dios y la humanidad.
También hacemos animación misionera a través de los medios de comunicación virtuales e impresos y a través de encuentros de sensibilización sobre las situaciones misioneras que hay en el mundo.
Grupo Hora Santa Misionera de Guayaquil realizan una hora de adoración Eucarística semanal por las misiones.
Encuentro Amigos y colaboradores de la misión en Quito